¿Pasamos página?.; (Marc Pérez Fernández, 24/07/2002)
Rivaldo ya es historia del FC Barcelona. Su rescisión de contrato, esperada pero soprendente en su forma, a cerrado página a los cinco últimos años del Barça. Una etapa convulsa en la que tras dos primeros años en los que se consiguió el título de Liga, la realidad nos dejó en el recuerdo a un gran jugador que pasó por el Camp Nou sin ser nunca querido del todo, y con ese aura de la controversia pegado en su personalidad. Y es que al menos no dejó indiferente a nadie. Se le amaba o se le odiaba. Unos veían en el a un gran jugador y otros sólo su cartera. Es triste, pero el estigma de «pesetero» le hizo vivir momentos de gran tensión con la afición, alimentados por sus constantes viajes a Brasil. Unos le perdonaron y otros no. Pero ese es el destino de los cracks, crear polémica
De todos modos es cierto que una parte importante del barcelonismo quería que Rivaldo se fuera. Es justo decir también que otra parte se mostraba contraria a esta decisión, aunque los primeros argumentaban que ya se había asumido que por edad, mentalidad y estado físico, Rivaldo no podía seguir otro año como el anterior. De hecho ahí radicaba el punto de controversía, o sea, en el riesgo que suponía tener otra año a un Rivaldo enfadado, mentalmente cansado, lesionado y constantemente infiltrandose para luchar contra una rodilla que le decía basta. Nadie podía asegurar lo contrario, así que ante la duda mejor era desprenderse de él, pero vendiéndolo a bajo precio, y recuperando aunque sea una pequeña parte, lo invertido en él. Aunque ningún culé, ni los más detractores o defensores de Rivaldo, habrían pensado nunca que el Barça lo acabaría regalando dandole la carta de libertad y encima pagarle sus deudas con hacienda. Es cierto que el problema ya venía de lejos y que por lo tanto su alta ficha se había convertido en una losa para el club, pero también es cierto que el Barça ya sabía lo que se le venía encima cuando firmaron el primer contratro de Rivaldo y sus respectivos aumentos, con lo cual, recuperar algo de lo invertido entraba en la cabeza de todos menos por lo que parece de la directiva. ¿No se podría haber vendido a Rivaldo por tan sólo 1.000 o 2.000 millones?. Al menos habríamos cubierto la perdida que asume de forma oficial el club en 700 millones de pesetas que ya son irrecuperables. La verdad es que uno no entiemde de que va la película, porque supone que el club lo dirigen unos buenos gestores, y perder 700 millones es una cantidad que unida al despilfarro en fichajes de los dos años anteriores, ponen en tela de juicio, al memos, la gestión económica y deportiva de la dirección de este club. Y digo que ponen en duda esa mala gestión, por darles al menos ese único beneficio.
En definitiva, que visto desde fuera toda esta situación, uno intenta asimilar acciones de un club que ni la formas las justifican. Uno intenta ser comprensivo pero cuando uno se queda con la versión de Castells y Pérez Farguell que argumentan que la decisión de prescindir de Rivaldo es deportiva, razonamiento discutible pero respetable, Gaspart lejos de ratificar esta postura y dar luz al tema nos confunde afirmando que le ha propuesto la renovación y que Rivaldo por cuestiones personales con Van Gaal, no la acepta, desmontando por completo los argumentos de los dos directivos citados en primer lugar. ¿Y es que en que quedamos?. ¿Deportivamente Rivaldo interesa o no?. Y es que este club se mueve así. En medio de la improvisación absoluta, la nulidad de transparencia y la carencia de un discurso institucional coherente y tranquilizador para los socios y los aficionados. Y e que la directiva así siembra dudas y ante esto la credibilidad cae por su propio peso.
Acabando ya y como conclusión final, Rivaldo no soportaba aguantar a Van Gaal otros tres años. Mentalmente esta cansado y Gaspart, viendo que el brasileño no creía en su nuevo proyecto, prefiere desprenderse de él aunque pierda dinero a corto plazo, porque sabe que a largo, la institución sale ganando. Conclusión facil que viniendo de unos y de otros la complican hasta marear a una afición cansada de la poca seriedad de un club, que podría explicarse mucho mejor de lo que lo hace. No cuesta nada y nos evitaría a todos alguna aspirina de menos
Marc Pérez Fernández – socio 951 – Barcelona
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