Oportunidad histórica ; (Daniel Cana Moya, 05/05/2003)
Tras cuatro temporadas sin títulos, casi doscientos millones de euros dilapidados en fichajes inútiles, una plantilla devaluada, amenaza de cierre del Camp Nou y un prestigio social y deportivo bajo mínimos, el próximo mes de junio el FC Barcelona tiene una oportunidad histórica de cambiar su propio destino y acabar para siempre con los fantasmas del pasado que impiden su desarrollo y su crecimiento como merece un club con cien mil socios y millones de simpatizantes por todo el mundo. Como ejemplo de las dificultades y de las trabas que este club se autoimpune como una auténtica lacra en muchas ocasiones, para poder llegar a esta importantísima y necesaria convocatoria de elecciones el equipo ha tenido que quedar eliminado trágicamente de la Champions League y estar clasificado el duodécimo en la Liga a falta de siete partidos para el final. Sin este desastre deportivo, un personaje llamado Enric Reyna, aupado a la Presidencia del Club sin haber pasado por las urnas, hubiera continuado agarrado histéricamente a la poltrona y alargando la agonía del club. Este hombre, quien presa de un absoluto delirio de poder ordenó incluir su nombre en la lista de presidentes democráticamente elegidos y con años de mandato o marcar la puerta del despacho siempre inmaculado, pretendía perpetuarse en el cargo hasta 2005 sin el menor rubor. Postulado por Joan Gaspart, Reyna es el paradigma del 90% de directivos que han pasado en los últimos años por el club, únicamente preocupados por su ego personal y económico en lugar de por la búsqueda del beneficio del club: Gaspart, Parera, Rexach, Serra Ferrer, Minguella y los más recientes Closa, Farguell, Molas o Reyna suponen un lastre que tira del club hacia la improvisación, el descrédito y la ausencia de títulos y lo que es peor, de grandeza y prestigio.
Es cierto que otro de los motivos que frenan la normalidad del Barça es la división existente entre partidarios de Cruyff y del ex-presidente Núñez. Yo, personalmente, no lo veo así al cien por cien, porque el período del gran Dream Team fue construído y desarrollado entre ambos, y ni la gestión económica de Núñez fue tan impecable como dicen unos ni la planificación de Cruyff estuvo exenta de bastantes errores como dicen sus partidarios. Por eso, es indispensable que los socios, los verdaderos dueños de este gigante deportivo que es el FC Barcelona, asuman que no se debe vivir del pasado, que hay que recordar lo glorioso del mismo y perdonar los rencores de las heridas que se produjeron en él, pero que al mismo tiempo miren con ilusión hacia el futuro y decidan en las urnas dar la dirección del club a un nuevo proyecto, a un equipo directivo y técnico independiente, ilusionante, profesional y solvente. Estoy convencido de que el Barça sólo necesita un pequeño «empujón» para volver a despegar y regresar a la élite del fútbol mundial, lugar que desde todos los puntos de vista le pertenece sin ninguna duda. Nuestros más directos rivales ya nos han cogido mucha ventaja, llegó la hora de cambiar las tornas.
Daniel Cana Moya – socio 1509 – Madrid
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