Riquelme: magia, talento…fútbol; (Marcelo Eizikovits, 18/04/2001)
Distinto, como pocos. Pero, realmente como pocos. Uno podría enumerar una larga lista de diferentes características para definirlo, aunque, más que seguro, no habrá muchos que se atrevan a discutir que Juan Román Riquelme, la nueva adquisición del Fútbol Club Barcelona -de él se está hablando- es un jugador distinto a cualquier otro.
Con la camiseta número 10 de Boca Juniors como bandera, y con menos de 23 años, Riquelme llevó a su equipo, paso a paso, hasta la cima. Primero dentro de la Argentina, luego de América y, finalmente, cuando todo eso le quedaba chico, del Mundo, O alguien puede olvidarse de la magia que ofreció durante los 90 minutos frente al Real Madrid, en Japón? (vale resaltar que es la misma magia que enseña semana a semana en los estadios argentinos).
Es distinto, como se decía, porque juega de la misma manera en un partido tranquilo, sin demasiadas presiones, como en clásico (Derby), con el estadio colmado de aficionados. Como si nada pudiera afectarle. De hecho, no es casual notar que fue la figura excluyente de los últimos Boca – River que se disputaron, así como del mencionado encuentro con el Real Madrid, -más allá de los goles de Martín Palermo. Pavadas de partidos, ¿no?.
También es distinto en otros aspectos. Capaz de autoexcluírse de la plantilla y no jugar varios partidos por decisión propia por no estar de acuerdo con el nuevo contrato que se le ofrecía. O de plantársele al mismísimo presidente de Boca, frente a todas las cámaras del país, y «dedicarle» el gol que le convirtió a River la última vez que se enfrentaron.
Ver jugar a Riquelme es difrutar el fútbol en su máxima expresión. Es tan simple como exquisito, porque hace fácil lo que parece imposible. Cuando tiene la pelota bajo sus pies (pocos jugadores en el mundo deben poder pisar la pelota con la simpleza y la calidad de él) es prácticamente imposible quitarsela sin cometerle falta. Y si lo dejan libre en una baldoza, y cundo todos menos lo esperan, puede armar una jugada de gol.
Para concluir: mucho se debatió sobre el precio abonado por el Barca por este jugador, así como de si eran compatibles con Rivaldo. A lo primero, la mejor respuesta que se puede dar es que, con su corta edad, y a pesar de haberse consagrado ya campeón de todo, Riquelme aún es un diamante en bruto. Y con respecto a lo segundo, también decían que Román y Pablo Aimar (la reciente incorporación del Valencia) no podían jugar juntos en el seleccionado argentino sub-20. Ellos respondieron en el campo, alzando la Copa Mundial sobre sus cabezas. Los buenos jugadores siempre pudieron, pueden y podrán seguir jugando juntos.
Señores, llega Juan Román Riquelme…A disfrutar de su magia!
Marcelo Eizikovits – Buenos Aires – Socio 387.
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